¿Cuál es la influencia de las empresas transnacionales en el sistema internacional? ¿De qué manera influyen estas empresas en la determinación de la realidad social? A estas preguntas iniciales pretende responder con su investigación Luis Turner; para tal efecto selecciona a las empresas petroleras como su objeto de estudio, al considerarlas como las corporaciones más poderosas entre las empresas transnacionales y consecuentemente las que se han constituido como un grupo de presión dentro del sistema internacional.
Así pues, pretende generar conclusiones generales acerca de la intervención de las compañías transnacionales apoyándose sólo en el estudio de un caso.
La conclusión final a la que llega Luis Turner es que "las grandes compañías petroleras han poseído una influencia marginal, constituyendo una fuerza de presión que ha incrementado la riqueza de la historia diplomática sin ser una fuerza dominante". Más aún, para él las empresas petroleras, consideradas entre las más poderosas de las multinacionales, no tienen una influencia real en el sistema internacional, siendo meros mitos todas las historias relacionadas con su poderío.
Consecuentemente concluye que todas las empresas multinacionales no tienen fuerza real; si las empresas petroleras, consideradas las más poderosas, no tienen influencia en el sistema internacional que se puede esperar del resto.
Tal apreciación pone en entredicho la veracidad de ideas e historias muy conocidas como:
Luis Turner defiende su idea mediante la revisión histórica del desempeño de las empresas petroleras desde 1900 hasta 1979. Pone especial atención en los momentos en los cuales las empresas petroleras mostraron supuestamente su máximo poderío.
Los momentos históricos que toma en consideración son la Revolución Mexicana y particularmente el derrocamiento de Francisco I. Madero, la guerra del Chaco, la caída de Mosadegh, la Revoluci6n Cubana; y las guerras civiles en Nigeria, Angola y Bolivia
En estos casos de análisis Turner nos presenta los argumentos "necesarios" para refutar la idea que yace en el subconsciente colectivo; aquella idea de que estos conflictos son causa de la intervención de las empresas petroleras en defensa sus intereses.
Pero sus datos son incompletos y sesgados al menos en un caso. Al analizar la Decena Trágica en México no presenta datos fundamentales que podrían confirmar la idea generalizada de que las empresas petroleras tuvieron mucha responsabilidad en lo sucedido.
Turner no menciona, espero que por desconocimiento, un hecho central en este episodio histórico: las intrigas y maquinaciones del embajador norteamericano Wilson y su testaferro el traidor Victoriano Huerta para derrocar a Madero, que se expresan claramente en el asqueroso Pacto de la Embajada -el plan del derrocamiento y las acciones que se tomarían subsecuentemente.
El embajador Wilson, el gobierno de EE.UU. y las empresas petroleras norteamericanas estaban furiosos por las concesiones que Madero otorgó a empresas inglesas para la extracción de petróleo. La gota que derramó el vaso fue el aumento a los impuestos por la extracción de petróleo; con ello Madero selló su sentencia.
Turner tampoco se refiere al enfriamiento de las relaciones entre el traidor Victoriano Huerta y el gobierno de EE.UU. producto del intento Huertista por aumentar los impuestos a la extracción de petróleo para financiar la contrarrevolución. Este incidente, junto con otras pifias, condenaría a Victoriano Huerta a perder el apoyo norteamericano, apoyo que se convertiría en franca agresión con la invasión norteamericana a Veracruz en 1914.
El autor tampoco tiene noticias de las intrigas alrededor del asesinato de Carranza ni del condicionamiento que hizo el gobierno de E.EU.U. para reconocer al gobierno golpista de Adolfo de la Huerta-Alvaro Obregón. El gobierno de EE.UU., apoyando abiertamente a sus empresas petroleras, exigió la anulación del artículo 27 de la Constitución -aquel que señala que los bienes del subsuelo son propiedad de la nación- a cambio de reconocer al gobierno mexicano y garantizar con esto la venta de armas, tan socorridas para sofocar las rebeliones internas.
Durante el gobierno de Alvaro Obregón, con la firma de los Acuerdos de Bucareli, las empresas petroleras, especialmente las norteamericanas, finalmente obtuvieron lo que querían: la omisión en el cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 27 constitucional. Sus presiones no consiguieron que se derogara del artículo 27, pero lograron que hasta 1938 este artículo fuera letra muerta.
Y lo que sucedió con el análisis que hace Turner de la Revolución Mexicana -omitir datos fundamentales - puede repetirse en los otros casos que analiza, aunque mi desconocimiento de la historia de esos sucesos me impide señalar las debilidades de su estudio.
Turner también señala las fuentes del poderío de las compañías:
Pero concluye por una u otra razón que ninguno de estos elementos puede ser considerado como una fuente de poder real.
El problema de esta investigación es que sigue el principio de que no existe sino lo que la conciencia humana admite. Turner busca ver la fuerza de las empresas transnacionales manifestada de una manera abierta y descarada. Él quisiera ver a un empleado petrolero armado comandando una revolución o a un gerente jalando el gatillo que asesinó a Madero, tras lo cual reconocería categóricamente la influencia de las empresas petroleras.
Pero, en realidad las empresas petroleras dejan sentir su influencia y poderío de una manera sutil, no tan abierta pero si identificable.
La influencia de las empresas petroleras aumenta cuando su mercancía de trabajo, el petróleo, es de vital importancia para los Estados Desarrollados.
La obtención y el mantenimiento del suministro constante de petróleo es de importancia estratégica para toda nación -excepto para México al parecer...
Ernesto Zedillo, presidente de México 1994-2000, llegó a afirmar que el petróleo ya no era estratégico, sino una simple mercancía más que se puede empeñar sin remordimientos para pagar los errores financieros del gobierno.
Los Estados harán todo lo posible, derrocar gobiernos o realizar intervenciones militares, para garantizar su acceso al energético, apoyando con todo a los intereses y las labores de sus empresas petroleras. En tiempos de lucha hegemónica, sería una locura depender de petróleo de empresas extranjeras.
Las empresas petroleras pues, no hacen uso de sus propias fuerzas y recursos para influir en el sistema internacional; hacen uso de los recursos del Estado para tal efecto. Al final, en estos tiempos, el bienestar de la empresa es el bienestar del Estado.
Es obvia la influencia de las empresas petroleras en el sistema internacional. Queda aún pendiente ver si las demás empresas trasnacionales tienen una influencia similar, pero habría que analizar caso por caso y no pretender hacer generalizaciones a partir de uno o dos casos.
Bibliografía
Luis Turner, Las compañias petroleras en el sistema internacional, México, Fondo de Cultura Económica, 1983.
Sitios de interés
John Saxe-Fernández: Petróleo y Estrategia
Luis Turner, Las compañias petroleras en el sistema internacional
Los anuncios a favor de la privatizacion de PEMEX
No a la privatización del petróleo en México.
Enrique Peña Nieto privatiza y mal barata el petróleo de México
¡Sorpresa! Encontraron 2,200,000,000 de barriles de petróleo en el Golfo de México
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