En 1936 Alemania ocupó nuevamente Renania y controló virtualmente Austria, a la que ocuparía finalmente en 1939 mediante el Anschluss; ese mismo año exigió la cesión de los sudetes a Checoslovaquia. Todas estas anexiones fueron permitidas por Francia e Inglaterra con el fin de evitar la guerra, la cual terminó finalmente por desencadenarse en 1939 cuando la insaciable Alemania ocupó Polonia.
Estas invasiones, y las que le siguieron (Ver nota 1 ), estaban inspiradas por la exigencia alemana de un espacio vital, el lebesraum. El lebesraum era sólo un discurso ideológico que enunciaba la necesidad de unir a los pueblos germánicos en un solo territorio detras del cual encontramos la necesidad alemana de terminar con su dependencia estratégica adquiriendo regiones que les proporcionaran materias primas y un amplío mercado para sus mercancías manufacturadas (Ver nota 2 ).
Esa vez el intento por eliminar la dependencia estratégica de un país, le costó al mundo 45 millones de muertos y la destrucción prácticamente total de Europa.
John Saxe Fernández en este libro retoma la importancia y validez del análisis de la dependencia estratégica para la comprensión del mundo contemporáneo. La dependencia estratégica ocurre cuando un país no cuenta con los recursos necesarios dentro de su propio territorio para mantener la operación de su economía. Por lo tanto necesita de los recursos de otro país (materias primas, mercados) para mantener operando a su industria nacional.
La dependencia estratégica es intrínseca al sistema capitalista, ya que "la dinámica de la economía industrial capitalista ha sido de tal naturaleza que la necesidad de nuevas fuentes de materias primas, mercados y de suministros frecos y baratos de mano de obra barata se han ampliado constantemente y han desempeñado un papel preponderante en todas las etapas del conflicto internacional y en las crisis económicas". (Ver nota 3 ) . En consecuencia la guerra entre los países capitalistas parece ser inevitable (Ver nota 4 ) . La disputa sería por los mercados y las materias primas de las regiones subdesarrolladas del mundo.
Uno de los países que actualmente está involucrado en la lucha por el control de las materias primas y de los mercados es Estados Unidos (EE.UU.) John Saxe Fernández nos habla particularmente de la dependencia estratégica norteamericana por el petróleo.
El problema radica en que EE.UU. no cuenta con los recursos petroleros suficientes para mantener operando su economía, requiere de los yacimientos de México, Venezuela, Canadá y Oriente Medio para satisfacer su creciente demanda del energético. Por lo tanto una de las prioridades norteamericanas es asegurarse un suministro permanente de petróleo aún en tiempos de guerra.
Bajo esta lógica, el gobierno de los EE.UU. enfrenta la inestabilidad en Oriente Medio, que no garantiza un suministro permanente (Ver nota 5 ). Más aún, de garantizar el control de los yacimientos, EE.UU. enfrenta un grave problema logístico: la transportación del petróleo desde el otro extremo del mundo hasta sus refinerías. La lejanía de los yacimientos es un elemento en contra de los EE.UU. implica los peligros de transportar el petróleo por mar y enfrentarse a la armada y los submarinos de un posible enemigo durante la guerra. El resultado es una vulnerabilidad demasiado grande para los EE.UU.
Esta vulnerabilidad impuso una estrategia que permitiera garantizar el control al petróleo de sus vecinos más cercanos (México, Canada y Venezuela). El objetivo era que estos países produjeran petróleo no de acuerdo a sus propias necesidades, las de su economía, sino las de EE.UU. El uso de la fuerza y el control militar directo no ha sido necesario para someter a estos países, existen otros métodos mucho más utiles aunque igual de efectivos.
Estos métodos han sido aplicados en los últimos 20 años a lo largo de América Latina e incluyen: una disfrazada lucha contra el comunismo-narcotráfico en la región (Ver nota 6 ); en una desintegración de las fuerzas nacionalistas y apoyo a proyectos internacionalistas-globalizadores-entreguistas; en los intentos por eliminar cualquier intento de regionalización que no esté coordinado por los EE.UU. ( por ejemplo el ALALC); presiones por parte del FMI; el adiestramiento de cuadros dirigentes de acuerdo a los intereses norteamericanos; en sanciones comerciales; etc. La violencia institucional se implanta a lo largo de América Latina con el fin de asegurar el control norteamericano de los recursos naturales.
Dentro de esta dinámica encontramos a Néxico y su petróleo. EE.UU. ve amenazada su seguridad nacional cuando las capacidades objetivas para garantizar el suministro de petróleo son inseguras; al mismo tiempo que la demanda del energético continúa incrementándose.
Afortunadamente para nuestros vecinos, en su traspatio hay un país con reservas petroleras similares a las de Medio Oriente; así, el objetivo que se plantea es controlar estos yacimientos. Desde 1973 y 1979, con la crisis de los energéticos, EE.UU. sugirió la creación de un bloque regional que fuera autosifuciente en cuestión de materias primas y mercados. Para el año 1994, con la firma del Tratado de Libre Comercio ( TLC / NAFTA ) el primer paso se daba.
Al mismo tiempo de que se creaba esta zona autosuficiente, el NAFTA, los EE.UU. reconocieron que para determinar la producción petrolera mexicana y ajustarla a las necesidades de su economía dependería "de la necesidad de divisa del país [México] en los próximos años; más específicamente dependerá de la propensión a importar de los grupos sociales de más altos ingresos , de la incapacidad del país para producir alimentos y materias primas y de las necesidades del sector público vinculadas con la deuda externa." (Ver nota 7 ) .
Los últimos 20 años de la historia de México han demostrado que esta maquiavélica estrategia ha venido operando exitosamente; los últimos indicios, junto al permanente déficit comercial, han sido el reciente blindaje a la economía mexicana (1999) y el gigapréstamo otorgado en 1995 al gobierno mexicano para pagar los tesobonos. Ambos apoyos financieros fueron respaldados por el petróleo mexicano, dado como garantía.
Finalmente John Saxe habla de la irresponsabilidad que representa el no controlar el uso del petróleo en EE.UU. al poder disponer de los yacimientos de otros países, ya que esto conlleva al aumento de la tensión interna e internacional al propiciar la dependencia estratégica de EE.UU. hacia el petróleo. En lugar de buscar fuentes de enrgía alternas, los EE.UU. continúan basando la operación de su economía en un recurso del cual carecen.
Notas
Bibliografía
John Saxe-Fernández, Petróleo y Estrategia, México, Siglo XXI, 1980.
Sitios de interés
John Saxe-Fernández: Petróleo y Estrategia
Luis Turner, Las compañias petroleras en el sistema internacional
Los anuncios a favor de la privatizacion de PEMEX
No a la privatización del petróleo en México.
Enrique Peña Nieto privatiza y mal barata el petróleo de México
¡Sorpresa! Encontraron 2,200,000,000 de barriles de petróleo en el Golfo de México
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