16 de junio de 2003
Rumbo a las elecciones del 6 de julio de 2003, la Presidencia de la República organizó una campaña publicitaria que incluyó la transmisión de más de 800,000 anuncios comerciales por televisión en un mes...
El periódico El Universal publicó el martes 17 de junio de 2003 las siguientes cifras, basadas en información de la Dirección de Radio y Televisión: entre el 1 de enero de 2003 y el 15 de junio de 2003 la Presidencia de la República transmitió por televisión 830,280 anuncios... en promedio fueron 150,960 al mes o 35,224 a la semana o 5,032 diarios o 3 cada minuto...
En radio entre el 1 de enero de 2003 y el 15 de junio de 2003 la Presidencia de la República transmitió 1,044,000 anuncios... en promedio fueron 189,840 mensuales, o 14,026 a la semana o 6,328 diarios.
El Universal no aclara si todos estos anuncios corresponden solamente a los de la Presidencia de la República, los de (PIi)Chente Fox, o si en esta cifras también se contabilizan los anuncios de otras dependencias del Ejecutivo Federal como Pemex, CFE, la Secretaría de Salud, etc.
En estos anuncios comerciales la tónica es el autoelogio para hacer creer que el país va por buen camino, quizás pensando que al repetir mucho una mentira está puede convertirse en verdad.
Así, por ejemplo se anuncia que la administración federal panista reparte leche para que los niños crezcan "grandotototes" como Fox, aunque eso si se omite mencinar que ya subió de precio otra vez. (Nota mental, el reparto de leche no es una conquista histórica del gobierno federal panista, es una política instaurada por las administraciones priistas. Solo falta que luego Fox nos quiera vender la idea que antes de él no existían los programas de vacunación universal...)
El objetivo de esta campaña es mejorar la percepción que tiene la gente sobre los gobiernos surgidos del P.A.N., con rumbo a las elecciones del 6 de julio de 2003.
Aunque la ley no prohibe la promoción de obras públicas realizadas (solo prohibe la entrega de obra pública), es claro que la publicidad gubernamental va contra la equidad en el proceso electoral.
Tan solo los anuncios de (Pin)Chente Fox cuadriplican a la publicidad en televisión de TODOS LOS PARTIDOS POLITICOS que contenderán el próximo 6 de julio de 2003.
La administración de Fox recurre a las malas artes del priismo. El mismo Fox criticó a Ernesto Zedillo por promocionar las obras públicas realizadas por el gobierno en turno. Pero ahora que Fox es presidente, él cae en las mismas truculencias y chicanerías.
Los partidos políticos reclamaron por esta actitud del Poder Ejecutivo Federal, pero Vicente Fox, buen aprendiz de las mañas priistas, aplicó la máxima de "Ni los veo ni los oigo".
La propaganda foxista continúo. Las críticas arreciaban y la administración federal solo alcanzaba a balbucear: "los gobiernos estatales y municipales hacen lo mismo..." Solo le falto rematar esta frase con el ya clásico: "¿y yo por que -no-?".
Finalmente (Pin)Chente cedió y prometió que a partir del 17 de junio la campaña, digna del mismisimo Goebbels, llegará a su fin. Pero esta decisión no se tomó por amor a la equidad o la democracia, sino por que el Instituto Federal Electoral solicitó su fin. ¿Este es el gobierno del cambio?
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