6 de abril de 2024
Artículo publicado en la revista Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, volumen 3, año 1979, páginas 89 a 116.
El 20 noviembre de 1910 obreros, campesinos, estudiantes, periodistas, intelectuales, empresarios, artesanos, indígenas, etc. tomaron las armas hartos de una dictadura que ya había durado más de 30 años. El objetivo inicial de la Revolución Mexicana era derrocar al dictador Porfirio Díaz.
Durante la dictadura de Porfirio Díaz las libertades básicas de cualquier ciudadano eran pisoteadas. Durante dictadura de Porfirio Díaz estaban prohibidos el derecho a la huelga, la libertad de prensa, la libertad de asociación, la libertad de tránsito, el derecho al voto libre y secreto, la libertad de manifestación, la libertad de reunión, la libertad de expresión, etc.
Y las penas para castigar esas acciones, como decía el propio Porfirio Díaz, eran el encierro, el destierro o el entierro (la cárcel, abandonar el país o la muerte).
La Revolución Mexicana encabezada por Francisco I. Madero triunfó. Y Porfirio Díaz abandonó el país para nunca más volver. En octubre de 1911 Francisco I. Madero fue electo presidente de México y el 6 de noviembre de 1911 tomó posesión del cargo.
Pero militares afines a Porfirio Díaz como Félix Díaz, Bernardo Reyes, Manuel Mondragón y Victoriano Huerta, con el apoyo de la embajada de EE.UU., conspiraron para fraguar un golpe de estado y derrocar a Francisco I. Madero
El golpe de estado inició el 9 de febrero de 1913 cuando cadetes de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y soldados del cuartel de Tacubaya se enfilaron rumbo a Palacio Nacional para capturarlo. Los golpistas lograron su cometido.
Posteriormente algunos de los golpistas se enfilaron rumbo a Tlatelolco, donde había una prisión militar, para liberar a los Generales Bernardo Reyes y Félix Díaz.
Para sorpresa de los golpistas, en una valiente maniobra el General Lauro Villar logró recuperar el control de Palacio Nacional. La sola presencia del General Lauro Villar bastó para someter a los rebeldes y sin disparar una bala cambió por completo la situación.
El General Bernardo Reyes se dirigió a Palacio Nacional esperando recibir una bienvenida de héroe y liberador pero en su lugar fue recibido con las ráfagas de una ametralladora y murió en la plaza principal, en el Zócalo.
Ante la situación los golpistas decidieron refugiarse en el edificio de la Ciudadela, que entonces era un cuartel militar y depósito de armas. Actualmente la Ciudadela es la sede de la Biblioteca de México.
Francisco I. Madero encomendó a Victoriano Huerta someter a los rebeldes... En ese momento Francisco I. Madero no sabía que Victoriano Huerta era parte del golpe de Estado, pese a las advertencias que su hermano Gustavo A. Madero le había hecho previamente.
Durante 9 días Victoriano Huerta simuló atacar a los rebeldes e intentar tomar la Ciudadela. Los rebeldes desde la Ciudadela bombardeaban a su antojo la Ciudad de México.
El 17 de febrero de 1913 Victoriano Huerta le prometió a Francisco I. Madero que en 24 horas resolvería la situación. Lo que no esperaba Francisco I. Madero era que el 18 de febrero de 1913 Victoriano Huerta lo capturaría y lo haría prisionero...
A cambio de la promesa de que su vida sería respetada, el 19 de febrero de 1913 Francisco I. Madero renunció a la Presidencia de México. Pero la promesa era hueca: el 22 de febrero de 1913 Francisco I. Madero fue asesinado en los alrededores de la Penitenciaría de Lecumberri, sede hoy del Archivo General de la Nación.
El golpe de estado fue exitoso y Victoriano Huerta fue nombrado presidente de México y nuevamente canceló las libertades y derechos democráticos que cualquier ciudadano tiene.
El asesinato de Francisco I. Madero fue una afrenta para los obreros, campesinos, estudiantes, periodistas, intelectuales, empresarios, artesanos, indígenas, etc. que habían luchado en la Revolución Mexicana para derrocar a Porfirio Díaz y reestablecer las libertades y derechos democráticos que cualquier ciudadano tiene.
Y nuevamente los obreros, campesinos, estudiantes, periodistas, intelectuales, empresarios, artesanos, etc. tomaron las armas para ahora derrocar a otro dictador: Victoriano Huerta.
https://www.youtube.com/watch?v=JQ5Uu7ComOQ
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